lunes, 11 de agosto de 2014

A punto estamos de perder la cabeza por querer llevarlo todo. 
Así las risas las esquematizamos en listas enormes que aún no se han escrito, tachamos cifras que no fueron calculadas, abrimos fuerte los ojos, y yo te digo, y te repito: mírame a mí y encuéntrame a mí, que el resto importa poco. 
No me entretengo en pararme y admirar evocaciones, la superluna sigue estando lejos y me importa una mierda lo lejos que esté ya si en cuanto a distancias solo pienso en la que hay entre tu camino y el mío. 
Las 22:20, no lo olvides. 
Ya no recuerdo vida antes de ti.

Entre hoja y hora, de río
Prometo esforzarme en el ideal antes de que se nos acaben los gajos, y tus ojos, tus labios, porque siempre exijo de más, 
siempre, 
de 
más. 

Con fusión con-cordia.
Y -Dos Días- como el año de alguien que vivió por un país utópico. 
Y Te recuerdo a ti, recuerdo nuestro campo, recuerdo la luna, el tejado, y las hamacas.

Góndola.

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