Es una habitación contigua, una cama
destruida; basura, escombros de mentira, trivialidad dependiente
de-, y mucho frío.
Aquí las paredes siguen rebotando colores
alternantes, insectos paralizados unos mezclados con otros juntando
con otros carne de otros. Todo se enmarca en un lienzo de monólogos
grupales, de risas de cansancio y ojos abiertos y atentos y afables al más
mínimo trato.
En esa habitación no funciona con
lógica el tiempo, no articulan los suelos firmes, no van las luces,
no tapan las cortinas...
No te tapan las cortinas.
Son más de cinco días desde que me brindaste.
Góndola.
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